
Mentorías
¿Qué es una mentor/a?
Un mentor/a es un acompañante, una persona que tiene experiencia, capacidad de comunicación e intención de poder ofrecer sus vivencias y conocimientos para que la persona acompañada los pueda aprovechar.
Es una figura educativa que no tiene por qué tener relación de forma obligada con la familia. En muchos casos, la persona acompañada va a ser un adolescente o una persona con muchos problemas en la vida.
El mentor/a no tiene que solucionar absolutamente nada. El mentor/a no tiene porqué saber de todo. El mentor/a simplemente hace un acompañamiento a una persona que esté en circunstancias complicadas.
El mentor/a no puede involucrarse en los problemas o posibles situaciones que aparezcan. Es preciso que acompañe en los espacios asignados de mentoría.
El mentor no tiene por qué saber la historia de su acompañante. En todo caso, el coordinador podrá explicarle los elementos básicos a tener en cuenta en los encuentros.
La persona acompañada va a buscar la complicidad del mentor en sus actos, pensamientos o emociones, ganándose una persona «a favor suyo». Es preciso aceptar esta intención con comprensión y no caer en esa trampa. El mentor no tiene por qué dar la razón y puede decir perfectamente y con mucha calma «no estoy de acuerdo en eso. Si quieres te explico por qué».
Desde el Instituto Incipia la mentoría consiste en unos espacios de encuentro en donde tanto el mentor/a como la persona acompañada establecen una comunicación que les ayuda a crecer como personas a ambos, desde ángulos diferentes.
El objetivo es que la persona acompañada pueda tener un modelo diferente al que ha tenido hasta ahora con la familia, colegio o los amigos. Para el mentor/a se va a abrir un espacio altruísta en donde poder ofrecer vivencias, experiencias, conocimientos vitales por los que ha pasado y que pueden servir a otras personas.
Desde el Insituto Incipia las mentorías que se llevan a cabo forman parte de un voluntariado. Sin embargo, sí que se ofrece un seguimiento al mentor/a para que dicha mentoría la pueda aprovechar en su crecimiento personal.
Se recomienda establecer las sesiones de mentoría en espacios públicos, en un parque, tomando un café, pese a que pueda haber, según las circunstancias, diferentes escenarios, siempre supervisado por el coordinador.
En cuanto a la frecuencia de las sesiones, lo ideal es una vez cada dos semanas, a pesar de que puede variar.
Es totalmente imprescindible cuidar las emociones del mentor/a para que la implicación emocional que pueda haber se mantenga a una distancia adecuada a su función. Si se implica demasiado, formará parte del problema más que de su posible solución.
Todas las situaciones de contacto fuera de las sesiones establecidas derivadas de circunstancias ya sea por mensajes de texto, llamadas, etc. tienen que ser comunicadas al coordinador. Se valorará en toda caso el poner límite a dichas comunicaciones si fuera necesario o, incluso, suspender la mentoría si no se cumplen las normas pactadas inicialmente.
El objetivo es poder confeccionar un equipo:
- el mentor/a,
- el coordinador,
- trabajadores o educadores sociales,
- profesionales de la salud (psicólogos, psiquiatras, médicos, enfermeras, etc)
- profesionales de la educación (tutores, profesores, entrenadores).
- la propia familia,
- y otros agentes (amistades, etc.)
donde el trabajo coordinado ayude a la persona acompañada a dotarla de herramientas para que ella misma pueda gestionar su situación vital.
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